¿Nunca de te has despertado con la sensación de que, como dijo Serrat, hoy puede ser un gran día? Y a medida que transcurre el mismo, te das cuenta de que estabas en lo cierto. Todo lo que acontece con el paso de las horas es lo mejor que te podía pasar en ese momento. Te sientes lleno, feliz, pletórico... Incluso eres capaz de reconciliarte con el mundo, con lo que te rodea, con la gente. La vida es maravillosa, piensas.
Pero siempre ocurre que algo o alguien te da una bofetada y te devuelve a la tú realidad o a otra inimaginable. Y ese día que parecía perfecto se diluye. Incluso puede convertirse en una pesadilla de la que no te crees capaz de despertar. ¿O no?